22 dic 2011

Piensa bien y acertarás


“No podemos elegir lo que nos sucede, pero sí cómo lo vivimos.”

No es que me haya equivocado en el título, tampoco es que "piensa mal y acertarás" sea falso. La cuestión es por qué ambas afirmaciones son ciertas.

No es necesario que sucedan las cosas para vivirlas. Igualmente, puedes revivir sucesos pasados a voluntad. Nuestro cerebro nos permite vivir cosas imaginadas o recordadas. Lo importante de este hecho es que estos pensamientos provocan sensaciones igual que lo harían  si sucedieran en realidad y en este momento... El cerebro no hace distinción.

Lo mismo que nos pasa cuando suceden cosas satisfactorias, cuando pensamos en ellas y las recreamos nos sentimos con fuerzas, motivación y recursos para estar en nuestra mejor versión... Y al contrario. Imaginemos que recordamos algo negativo como "tengo que arreglar el coche y me va a costar un riñón, por culpa del desgraciado que chocó contra él mientras estaba aparcado". Al recordarlo se produce una sensación similar a la del momento en que sucedió el percance.

Esta es una de las bases del entrenamiento mental, de la gestión del optimismo. Si conseguimos vivir una gran parte del día con sucesos positivos en nuestro escenario interno (nuestros pensamientos), crecerán nuestra satisfacción y nuestros resultados, en muchos casos exponencialmente.

Puedes empezar siendo consciente de qué sensaciones se producen con determinados pensamientos. Puedes buscar tu propia forma, por ejemplo con metáforas como en estos ejemplos:

Hay a quien le viene la imagen de una madeja y oye algo como ruido cuando piensa en su problema. Hay quien siente algo parecido al aire fresco cuando piensa en buscar otra perspectiva. Otros, solidez y fuerza cuando piensan en que tienen oportunidades. Aire fresco cuando pienso que es sábado por la mañana, alegría cuando pienso en mis hijos,...

Esta observación, esta consciencia, es el primer paso para gestionar los pensamientos. Será como tener unos elementos encima de la mesa con los que ya puedes jugar.

 

Cositas buenas

¿Qué tal andas en tu habilidad de vivir? Vivir es como respirar o como comer, son acciones que vamos a realizar de todas formas, pero que se puede hacer con mayor o menor calidad en función de la atención que le pongamos.

Me gusta la frase que utiliza Joseph O'Connor "ser responsables de nuestras propias emociones". Esta es una de las claves en el arte de vivir ¿las emociones nos ocurren o tenemos algo que decir en que se produzcan? Digas sí o digas no estás en lo cierto, pues esta creencia hará que vivas de una u otra manera, que te hagas responsable o no de los pensamientos que generas y que provocan esas emociones.

A mí me gusta verlo de una forma sencilla... creo que es posible coleccionar a lo largo del día "cositas buenas" (habrá quien se acuerde del título del precioso disco de Paco de Lucía con este nombre) ¿De qué depende que el día de hoy sea bueno o malo, feliz o infeliz? (permítase la simplificación) ¿Es más decisivo lo que nos sucede o lo que pensamos y recordamos?

Imagínate cómo podemos vivir si le damos un volumen de 100 a las cosas buenas que nos ocurren o que se nos ocurren a lo largo del día y le ponemos a las que nos hacen daño el volumen imprescindible ¿Cómo sería nuestro vivir?

En mi interior hace tiempo descubrí un mecanismo que me ayudaba a ser eficiente, pero que también me hacía daño. Tenía el hábito de no dejar de pensar en lo malo (los problemas) hasta que se solucionaran, creía que esa era mi responsabilidad... bastante lógico ¿no? El resultado es que nunca encontraba espacio para estar bien y que poco a poco me acercaba al abismo.

Ahora tengo la certeza de que mi responsabilidad es estar en mi mejor disposición, actitud o estado para resolver con calidad, frescura y sin bloqueos cualquier problema que se me presente... y para vivir con calidad, que es lo que nos queda.

La propuesta es centrarnos en nosotros como instrumento musical perfecto, que si está bien afinado puede tocar con soltura la más difícil pieza... y que si está desafinado destrozará la composición más bella.